lunes, 27 de abril de 2015

LA HIJITA DEL REY



 Algo muy fecuente entre la clase alta, nobleza, realeza y demás maleza, son las demandas de paternidad.  La clase media, media baja, baja y chusma somos más de multas de tráfico o denuncias del vecino del bajo por tirar mondas de naranja al patio de vecinos. Es una cuestión directamente proporcional al nivel de la renta. Si no llegas a fin de mes, la mayor parte de tu patrimonio se reduce al comprado en una partida de Monopoly y tu parque móvil a un Ford Focus y la ciclostátic del salón, descansa tranquilo. Da igual lo buen jardinero que hayas sido y las semillitas que hayas plantado. Tienes más posibilidades de que te crezca un melonar en la terraza a que te pongan una demanda de paternidad. A mayor salario, mayor probabilidad de que te aparezcan los hijos como setas. Si además de dinero tienes un título nobiliario, el peligro se multiplica y ya, si eres Rey  y encima campechano traspasas claramente la línea roja de alerta máxima. 
Dicen de Don Juan Carlos que  está negro, porque le aparecen los hijos hasta cuando abre la nevera, que en su caso como es un frigorífico americano de dos puertas, cuando las abre le salen mellizos. 
En este punto me surge una duda, en España,  la ley obliga al presentar una demanda, a aportar la prueba que la sustenta. Si la demanda es de paternidad ¿es necesario aportar la orina? Afortunadamente en esta materia nos hemos modernizado considerablemente. Cuando yo era pequeña, para hacerte este tipo de analíticas, acudías al centro de salud que entonces se llamaba ambulatorio, con el pipí en un botellín de Cruzcampo y digo afortunadamente, porque de haber mantenido esta costumbre imaginaos qué imagen darían nuestros tribunales con botellines por toda la sala. Y claro, a ver cómo explicamos que no es cerveza, que es pipí. Se me hiela la sangre al pensar que esto pudiera interferir en el desarrollo de los procesos, con lo ágil y dinámica que es nuestra justicia. 
   
Una de las demandas que más dolores de cabeza le ha ocasionado al rey jubileta es la de la sueca Ingrid Sartiau. 
La historia de Ingrid comenzó una sábado por la tarde  viendo  en la tele el programa de la Mª Teresa Campos sueca, cuando su madre de repente le espetó: 
_ Ingrid..., nunca te he comentado que tu padre es el Rey de España?
- Pues no Omá, nunca-.
 La madre  insistió -¡ pues ya lo sabes.Tu padre es el Rey de España¡.
- Me dejas helada ¡.¿y no tienes ningún recuerdo de él? alguna foto, algo que me permita saber cómo es?. 
- Sí, por supuesto, Tengo un regalo que me hizo una tarde en Benidorm como recuerdo- respondió  al tiempo que se metía la mano en el bolsillo de la bata de guatiné y poniendo sobre la mesa una moneda de 25 ptas... Ahí lo tienes. 

- Mamá, quiero conocerlo y estoy pensando....que voy a darle una sorpresa que nunca olvidará.
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19 de marzo.  San José.
Don Juan Carlos desayunaba  en el balcón del palacio cuando sonó el timbre. Se giró y dirigiéndose hacia la puerta gritó -¡ya voy ya voy¡- . Tres cuartos de hora después abrió la puerta. Un hombre de unos cuarenta años le entregó un sobre. El Rey jubilado lo abrió y leyó en voz alta - Jorge Javier Vazquez y Telecinco le invitan a "Hay una cosa que te quiero decir". Esta invitación es personal e intransferible. Le esperamos.

THE END.

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